Intuiciones sobre la cultura y la ruralidad, nueva publicación de la Red española de desarrollo sostenible

 

Ha sido un placer participar en el nuevo número de la Red Española de Desarrollo Sostenible nacido al calor de sus Aulas Rurales. Intuiciones sobre la Cultura y la Ruralidad recoge las ideas fuerza que han ido surgiendo en común y desde el territorio alrededor del papel que desempeña la cultura en el impulso de un mundo rural vivo.

Un privilegio haber reflexionado junto a la antropóloga Charo Otegui en el artículo El papel (papeles) de las mujeres en el mundo rural. Continuidades, discontinuidades y nuevas emergencias. Cinco intuiciones y un deseo.

Puedes leer y descargar el número en este enlace.

Presentación del libro «Los hilos de la historia» Trinidad Puerto Pascual, Teatro municipal de La Alberca (Salamanca), 29 de julio

 

 

El próximo sábado 29 de julio, a las 20:30 horas en el Teatro Municipal de La Alberca (Salamanca) tenemos una cita ineludible con nuestra maestra, Trinidad Puerto Pascual.

«Los hilos de la historia», libro en el que ha vertido con la pasión por el conocimiento que la caracteriza, la historia de La Alberca entretejida con la de la familia Puerto Pascual, es mucho más que un libro. Es un tapiz de amor y amistad bordado entre mucha gente en nombre de lo que realmente queda.

Es el homenaje que tras toda una vida al servicio de la palabra y las generaciones más jóvenes (doy fe, Trini, doy fe) ha querido realizar  tanto a su padre, como a la memoria de la diversidad de su país, tan claramente presente en las raíces de La Alberca.

Disfrutaremos gracias a su presentación del legado que la Institución Libre de Enseñanza dejó presente en la provincia de Salamanca a través de la figura de su propio padre, y por herencia, de todos sus hermanos y hermanas y ella misma, siempre con la mirada puesta en el futuro por venir. Que en la conversación alrededor de su libro y de la historia de su pueblo, aparecerán también retales que hablen de la libertad abierta y generosa de su vida y de su apuesta vital por la educación, la cultura, el conocimiento y los derechos de las mujeres rurales en España, ¡no lo duda nadie!

 

 

 

Aprovecharemos también para agradecerle su generosidad y compromiso tenaz con la protección del patrimonio rural, especialmente el vinculado a las mujeres, y a celebrar su sueño hecho realidad de impulsar la Fundación Lucía Pascual e Isidro Puerto comprometida, entre otras acciones de revalorización del patrimonio (entre las que ¡para mí! destaca la recuperación de la figura de Cipriana González, ¡la gran maestra de bordadoras del siglo XX de la Sierra de Francia!) con la creación del Museo del Bordado de La Alberca.

Puedes comprar el libro en la librería rural de Mogarraz, Tu librería de siempre

Así que, invitados, invitadas estáis. Para mí es un honor de vida acompañar a Trinidad Puerto Pascual en la presentación de su libro.

Lloraremos, claro. Pero ahora, Trini, nos toca de alegría.

Igualdad o Vacío: Mujeres, cultura y nueva ruralidad en España hoy (Revista Periférica, 2022)

(Ilustración obra de Carolina Marín)

 

Para todas las asociaciones de mujeres rurales con las que trabajé

y que confiaron en mí a lo largo de mi vida, con gratitud y en reconocimiento.

 

Muchas gracias a la Federación Española de Sociología por haberse hecho eco de la publicación de este artículo. Gracias.

 

Agradezco de corazón a la Revista Periférica haberme invitado a dar forma y reflexionar sobre el papel que están desempeñando las mujeres rurales en España hoy en la construcción de un nuevo modelo de ruralidad diverso y abierto al mundo y que está reivindicando para sí un mayor protagonismo tanto en nuestras políticas culturales de país como en los espacios de decisión para el impulso de un mundo rural vivo.

 

Por si quieres leerlo o puede serte útil en algo para los tiempos que llegan, puedes descargarlo y compartirlo desde aquí:

Igualdad o vacío: Mujeres, cultura y nueva ruralidad en España hoy.

 

Vida cultural y patrimonial de los municipios de menos de 5.000 habitantes-Sierra de Cádiz, 13 de diciembre

 

(Si quieres, puedes ver la ponencia «El rol de las mujeres en la vida cultural de los municipios rurales» en este enlace)

Como siempre me hace muy feliz ir a Cádiz y conocer un poco mejor la provincia, estoy muy contenta de poder ¡volver a vernos! el próximo 13 de diciembre en el Centro de interpretación de la literatura «Pedro Pérez Clotet» en Villaluenga del Rosario, en la Sierra de Cádiz, en el marco de una nueva Aula Rural organizada por la Red Española de Desarrollo Sostenible.

En esta ocasión tendremos la oportunidad de dialogar y reflexionar sobre la Vida cultural y patrimonial de los municipios de menos de 5.000 habitantes y en mi caso, del papel fundamental que juegan las mujeres en la construcción de un mundo rural vivo y en la defensa de futuros igualitarios y abiertos.

Te dejo por aquí el programa por si tienes interés en participar.

En este enlace puedes inscribirte para participar online y en este otro enlace para participar presencialmente.

 

PROGRAMA

09:45 Acto de Apertura

10:00 Diálogo:

Políticas culturales y mundo rural, ¿oxímoron?

Jorge Fernandez León y Antonio Javier González Rueda.

10:45  Mirada:

Cultura y ruralidades.

Benito Burgos Barrantes. Subdirector General de Cooperación Cultural con las Comunidades Autónomas. Ministerio de Cultura y Deporte.

Teresa Muela. Secretaria General de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP).

11:15 Desayuno serrano

11:45 Contrapunto:

Memoria y creación desde el campo.

María Sánchez. Poeta, ensayista y veterinaria.

12:30 Taller:

Memoria y cultura ganadera.

Olga González Casquet. Directora Ejecutiva de la Asociación de Criadores de la Raza Caprina Payoya.

13:45 Almuerzo

De huerta, quesos y vinos: la memoria eno-gastronómica.

Pepe Verdugo. Universidad Popular Paulo Freire de Benalauría (Málaga).

15:30  Proyección:

Documental EL PUEBLO (1983) y ruta guiada por los lugares del rodaje.

Antonio Javier González Rueda (Universidad de Cádiz)

17:00 Café Tertulia:

El rol de la mujer en la vida cultural de los municipios rurales.

Estefanía Rodero Sanz, socióloga de la cultura, especialista en género y políticas de igualdad.

18:00 Experiencias cruzadas: Pueblos culturales.

El proyecto patrimonial de la Fundación Grazalema 2030. Miriam Carrión.

Literatura y atractivo turístico. Casa Museo Poeta Pedro Pérez Clotet. Alfonso Carlos Moscoso González (Alcalde de Villaluenga)

19:00 Presentación de publicación:

Objetivos de desarrollo sostenible y sus metas desde la perspectiva cultura. Una lectura transversal [Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS)]

Alfons Martinell Sempere. Codirector de la publicación

19:30  Clausura y conclusiones

 

 

 

Derechos culturales para un mundo rural vivo-Editorial para la Fundación Interarts

Derechos culturales para un mundo rural vivo

 

 

Como es un privilegio haber tenido la oportunidad de compartir reflexión este mes en forma de editorial para la Fundación Interarts, dejo por aquí el enlace al mismo por si generamos conversación España-América Latina y ponemos en el centro del diálogo el papel que pueden desempeñar las políticas culturales para la protección de los derechos humanos y la construcción de horizontes de futuro para un mundo rural vivo a nivel internacional. ¡Hagamos que llueva!

 

DERECHOS CULTURALES PARA UN MUNDO RURAL VIVO

 

Respuestas creativas a las crisis ecosociales (Festival Visions 5.1-2022)

 

 

«Yo no sería soberana ni de una brizna de hierba mientras pueda ser su hermana.»

Mary Oliver

 

 

Esta entrada corresponde a ¡mi reflexión previa!  para el conversatorio celebrado dentro del Festival Visions 5.1 el 3 de junio de 2022 en el Museu de la Vida Rural de Catalunya organizado por La Conca 5.1 y la Fundació Carulla

Para ver la mesa completa junto a Emilio Santiago, Alicia Valero y Gemma Carbó pincha aquí

Ante la situación de emergencia social, ambiental, económica y cultural desde nuestros ámbitos de especialización y conocimiento, ¿dónde estamos?

Desde mi punto de vista, nos encontramos en un momento clave en el que estamos asistiendo a un cambio de paradigma global en las políticas culturales. El marco heredado del siglo XX ha saltado por los aires, estamos viviendo la ruptura de una visión de la política cultural entendida como suma de departamentos estanco y asistiendo a la reivindicación de la cultura, en este giro antropológico, como protagonista del desarrollo sostenible. En este año estratégico por las grandes citas mundiales tanto del MONDIACULT UNESCO en México en el mes de septiembre como del impulso de la campaña internacional para el logro de un ODS para la cultura, una nueva agenda política mundial, como estamos viendo ya también en los nuevos escenarios electorales latinoamericanos, entra en escena.

Por tanto, nos encontramos también en un momento clave respecto a las dos grandes tareas políticas de este siglo: el reconocimiento de los derechos de la Naturaleza (¡el derecho salvaje!) y el reconocimiento de los derechos culturales, dado que sin respeto por la diversidad no hay democracia plena. De modo que no sólo hablamos de la cultura como el pilar que falta en el desarrollo sostenible (económico, social, ambiental) sino también del pilar que falta en nuestra concepción democrática: igualdad, libertad, fraternidad y diversidad.

De modo que estamos también yendo más allá del debate sobre las políticas del reconocimiento y las políticas de la redistribución entendiendo que no son ni nunca fueron una dicotomía, sino que van juntas y de la mano a través de la articulación y protección de los derechos culturales y de la Naturaleza. Tenemos en este sentido una enorme deuda de gratitud con el pensamiento del Sur global que ha marcado con claridad el camino, especialmente desde América Latina, India y África. Al fin y al cabo, como subraya el antropólogo indio Ardun Appadurai: “no tiene sentido hablar de derechos culturales fuera de un compromiso vinculado a la economía política de la dignidad.”

Por lo que es fundamental desde las políticas culturales no equivocarnos respecto a lo que está pasando realmente:

  • Se está dando una unión ESTRATÉGICA (sí, habrá que tejerla y articularla mejor, pero ya está siendo) entre la profunda dimensión cultural de la agroecología y el cambio de paradigma dentro de las políticas culturales a nivel internacional que desborda ya por todas partes el marco de las bellas artes y las industrias culturales y creativas, reivindicando la urgencia de creación de nuevos imaginarios, conscientes de la raíz local de lo global que rompen, a través de la localización abierta como dice la geógrafa Doreen Massey, los riesgos de las identidades asfixiantes y excluyentes y que cuestionan a su vez los marcos de las políticas culturales centralistas (en el caso español madrileño-céntricas, urbano-céntricas y academia-céntricas)

 

  • Que en este proceso será fundamental también hablar de las políticas culturales para el medio rural en clave de ciudadanía, para que la reflexión sobre los derechos culturales salga de la ciudad y llegue a las provincias más pequeñas calando también y poniéndose al servicio del mundo rural más despoblado (nuestros amados «micropobles»),  para impulsar un diálogo social abierto también sobre los nuevos significados sociales y deseables del arraigo y el desarraigo.

 

  • Que dentro de las políticas culturales de este siglo tenemos que poner en el centro la cuestión del CONOCIMIENTO y su relación con el PODER para construir marcos de respeto auténticos entre el mundo rural y el urbano sin olvidar ni un momento, como dice Alicia Puleo que “una cultura de la sostenibilidad exige una concepción del conocimiento más democrática, intercultural y abierta a la experiencia de las mujeres.”

 

  • Y que al romper marcos limitantes las políticas culturales en este siglo y especialmente en nuestro país tienen que abrirse a nuevas agendas:
    • La protección ante el extractivismo cultural, haciendo emerger la naturalización con la que hemos vivido hasta ahora este proceso en relación al diálogo rural-urbano, leyendo desde ahí grandes procesos pendientes como el expolio de patrimonio y el mercado negro, las inmatriculaciones o el uso abusivo en las políticas de turismo y patrimonio.
    • La necesidad de explorar en nuestro país la potencialidad del derecho a la consulta previa para la protección de la ciudadanía de nuestro mundo rural y dimensiones claves para las políticas culturales vinculadas al territorio como el paisaje cultural.
    • Cómo vamos a conectar mejor también desde las políticas culturales el diálogo y el debate respecto a grandes marcos de avances de derechos internacionales como el Tratado Vinculante entre Empresas Transnacionales y Derechos Humanos y los impactos que tanto la actual cooperación cultural tiene sobre la soberanía cultural y los derechos culturales del Sur como el impacto que las grandes multinacionales culturales pero también agroalimentarias tienen sobre los derechos culturales del mundo rural español.
    • Qué papel pueden jugar las políticas culturales, como se ha propuesto, por ejemplo, desde el Centro Cultural de España en México a través del Foro Internacional de Innovación Social Comunitaria, en la ruptura del enfoque neoliberal de la innovación social hacia impulso de modelos más centrados en una lógica de derechos.
    • Pero también qué papel pueden desempeñar las políticas de patrimonio para la inclusión social, como nos ha invitado  a pensar recientemente la nueva publicación de UNESCO Montevideo, «Patrimonio cultural inmaterial e inclusión social»

 

 

A menudo desde el museo defendemos que en la memoria del mundo rural preindustrial se esconden algunas claves interesantes para retomar: formas de gestión comunal, residuo cero, energías limpias, conocimiento de las plantas y animales, aprovechamiento más sensato de los recursos geológicos…¿es interesante volver la vista atrás?, ¿habría que redirigir los centros de poder al territorio y al mundo rural?; ¿se generalizará un retorno a los pueblos?, ¿sería interesante que así fuera?, ¿cómo debería ser?

Creo que tenemos un déficit en pensar el mundo rural en términos de ciudadanía, también de ciudadanía cultural como nos invitan Marilena Chaui y Celio Turino ¿Es interesante volver la vista atrás? ¿Nos estamos haciendo esta pregunta en términos de derechos?

El malestar actual del mundo rural español nos está hablando de la vivencia de la pérdida de derechos de ciudadanía y de la urgencia de afrontar la equidad territorial rural-urbana en nuestro país. De modo que cuando hablamos de retorno a los pueblos, de repoblación la pregunta inmediata tiene que ser ¿están garantizados los servicios públicos en nuestros pueblos?, ¿podemos ejercer nuestros derechos de ciudadanía en igualdad de condiciones? ¿Está garantizada la primacía del bien común del territorio y de las personas que lo habitan, del bien común de cada pueblo concreto frente a dinámicas centralistas, de partido o electoralistas o de intereses económicos externos a la población, como nos han mostrado una y otra vez las movilizaciones vecinales rurales, por ejemplo, contra la minería extractiva a cielo abierto? No y esto tendría que ser lo primero.

De modo que en esta “vuelta al pasado” afrontamos al menos dos peligros, que desde las políticas culturales se ven muy claros:

  • Una idealización-romantización del mundo rural que lo convierte en un parque temático más fácilmente vendible de cara al turismo y que lo uniformiza y lo falsifica y que entre otras cosas invisibiliza las desigualdades, invisibiliza la exclusión y el abuso de poder (también los ramales de corrupción hacia el mundo rural),y de un modo más concreto, hacia las mujeres rurales. Esta idealización quiere convertir a la ciudadanía rural en figurantes pintorescos de un atrezzo para juegos de poder ajenos al territorio y la torna más fácilmente manipulable, al negarle la profundidad de cualquier matiz y la diversidad de la palabra.
  • La ceguera ante la necesidad de una política de repoblación con perspectiva de género. Las políticas de repoblación, desde mi punto de vista, tienen que llevar una pregunta al centro: cómo creamos un mundo rural que permita el desarrollo pleno y a todos los niveles de las mujeres, que se niegan rotundamente a dar pasos atrás hacia modelos de control social y de limitación de posibilidades. La migración rural-urbana no sólo es económica o laboral, también tiene un componente de búsqueda de apertura y si no se da respuesta a este deseo de diversidad, de crecimiento vital de las mujeres, la despoblación será imparable. La titularidad compartida prácticamente ha desaparecido de las agendas, también de la feminista, no se considera una emergencia desarrollar un Plan de Choque de Patrimonio Rural y Género en España…Necesitamos poner el foco aquí de modo urgente.

 

¿En qué grado puede resultar interesante y con potencial de futuro, al menos para mí, volver la vista hacia atrás? En el reentrenamiento en la mirada intergeneracional, en la mirada de continuidad que es la pura definición del desarrollo sostenible. El diálogo actual con el ¿y tú de quién eres? rural que nos resitúa en un lugar concreto en el tiempo, en el espacio, en la continuidad de la vida y sus afanes, me parece lo más valioso para pensar el futuro en este momento.

 

 

Ejes de posibilidad:

– ¿estamos avanzando en algún ámbito en positivo en algún contexto?, ¿cuál? ¿tenemos buenas prácticas en las que podamos fundamentar ejes de actuación?

– ¿es posible pensar en clave ecofeminista?, ¿es una ingenuidad? ¿Qué nos recomendáis leer, conocer, seguir…?

 

Desde mi punto de vista hay dos grandes bloques de avance en este momento:

El diálogo entre el mundo rural y la ciudadanía migrante, rompiendo de nuevo “pensamientos departamentales»,  llevando la vivencia cotidiana de la diversidad cultural en el mundo rural más allá de marcos productivistas. Desde mi punto de vista, se están dando experiencias rurales muy interesantes en las que se plasma una comprensión profunda de la emigración desde las “narrativas migratorias del amor” como las ha denominado en un reciente informe Por Causa. Se están multiplicando las experiencias en nuestro país que están reivindicando el mundo rural como el gran espacio para el abrazo. Purchena (Almería), Rada de Haro (Cuenca), Amayuelas (Palencia) están trabajando como realidades rurales de acogida que abrazan en comunidad a los niños migrantes que viajan solos frente al trauma, el dolor o el desarraigo. Estos procesos reales del “aquí está, si tú quieres, todo tu pueblo para abrazarte y construir un nuevo lugar posible en el mundo” me parecen un camino lleno de futuro.

También me resulta muy inspirador el avance en la construcción de nuevos imaginarios de la ruralidad en España desde marcos de reciprocidad e interdependencia. El papel de ilustradoras como Cristina Jiménez  o Andrea Birsanu (Silvaatica) me parecen interesantísimos para construir un nuevo mundo visual de referencias, como nos invita también Joanna Macy con su metáfora espacial de El Gran Giro, al igual que toda la apuesta editorial por narrativas que exploran un nuevo modo de estar y ser en la tierra, con colecciones fantásticas en Errata Naturae (Los Libros Salvajes) o Capitán Swing, por ejemplo. Al fin y al cabo necesitamos reimaginar cómo sería una conexión diferente con nuestro territorio si siguiésemos la invitación que nos lanza la poeta Mary Oliver: “Yo no sería soberana ni de una sola brizna de hierba mientras pueda ser su hermana.”

En relación al punto de vista ecofeminista, ¡por supuesto!, un ecofeminismo no urbano-céntrico ni academicista, que respete y se apoye muchísimo en el asociacionismo ¡de todo signo y condición! de las mujeres rurales españolas se autodenominen como se autodenominen y tengan las sensibilidades políticas que tengan. Respetando desde la raíz el ingente papel que este asociacionismo ha desarrollado en el mundo rural español desde siempre e interpelándonos en común para seguir creando futuros juntas, diversas y en romería. No podemos olvidar que toda la apertura del mundo rural, presente y futura, llega y se protege de su mano. Por lo que creo también en un ecofeminismo rural español que no tenga miedo a explorar la “agenda dura y global” porque las dinámicas extractivas y de usurpación más graves entran en nuestro país por nuestros pueblos afectando especialmente a las mujeres, siendo silenciadas por el apagón informativo que vive la España rural. El derecho a la tierra de las mujeres sigue siendo un logro pendiente en nuestro país y hay un camino de diálogo, conexión, intercambio fructífero entre las mujeres rurales españolas y las mujeres rurales, campesinas de América Latina, que tiene mucho que decir. Hay que explorar también el potencial de estos diálogos, ya muy presentes en la faceta ambiental, en relación a la cultura, la creación artística, el patrimonio textil… (hay experiencias interesantísimas en México vinculadas a procesos de empoderamiento femenino a través de esta expresión patrimonial). La Declaratoria de la Década de Acción de las Mujeres Rurales o dinámicas de intercambio como el Encuentro Mujeres por la Tierra (Centro internacional para la promoción de los derechos humanos UNESCO-Argentina) pueden ser oportunidades para esta interconexión.

 

En el Museo nos preocupa la educación. Apostamos por un eje central al que llamamos educación artística y cultural para la sostenibilidad. Ponernos a disposición de estos niños y niñas y jóvenes desde las instituciones de poder como los museos. ¿Para qué podemos ser útiles desde la cultura y las artes?

Desde mi punto de vista hay dos áreas desde las que podemos ser muy útiles: la invisible y la visible.

Con la invisible me refiero a todo ese “trabajo que no se ve” enfocado en remover obstáculos para ampliar los horizontes de deseabilidad posibles de las siguientes generaciones. La unión educación y cultura en este campo es básica y la veo en dos esferas: en la pelea por el reconocimiento oficial de conocimientos, su entrada en el sistema educativo oficial: módulos formativos de especialización en Agroecología, por ejemplo, como los que trata de impulsar, la Red Terrae, alianzas entre instituciones culturales y educativas que reconfiguren por la creación de posibilidades reales, concretas, apetecibles, otras posibilidades de futuro más allá de las que ahora se les presentan. Hasta que la formación agraria, por ejemplo, no se perciba como “actual y deseable” y se muestre como una alternativa más de realización vital, el horizonte se va a seguir achatando. Sería fantástico un diálogo entre educadores, creadores culturales y organizaciones rurales de todo signo para repensar por ejemplo la educación agraria en nuestro país, actualizarla, comunicarla de otra manera.

Y respecto al “trabajo visible”: en las políticas de juventud encontramos habitualmente o bien ofertas formativas y de ocio pensadas en términos de productividad futura, para el mercado de trabajo futuro (formación, idiomas, etc) o propuestas de cooptación política o comercial (incluso se piensa el voluntariado juvenil o la participación política como herramientas para “ir metiendo cabeza”). Creo que las instituciones culturales y artísticas, muy especialmente en y desde el mundo rural, pueden contribuir a la construcción de estos nuevos marcos de localización abierta tal y como refleja claramente este mismo Festival. La propuesta, por ejemplo, de diálogos y colaboraciones artísticas juveniles internacionales en términos de igualdad con el Sur global (que rompan de una vez los marcos neocoloniales, salvadores de nuestro pensamiento) con escenas creativas y culturales en ebullición (por ejemplo, que no se note que soy muy fan, la escuela senegalesa de kora de Ablaye Cissoko ) podría ser un camino muy fructífero.

Y no por clásico menos importante, el impulso permanente del sentido de agencia, proveer desde la institucionalidad cultural las condiciones y posibilidades para generar, producir y liderar su propia actividad enfocada hacia transformaciones reales, herencia de la infancia soñada por Tonucci. La acción enfocada en la incidencia real en el entorno y en el ejercicio real de la ciudadanía más allá de la edad siempre serán, en mi opinión, propuestas transformadoras.

 

Festival Visions 5.1 (La Conca 5.1-Museu de la Vida Rural, Fundació Carulla)- 3 de junio

 

Si quieres, el 3 de junio nos vemos en el acto de cierre «Respuestas creativas a las crisis» del Festival Visions en su edición de 2022 desde el Museu de la Vida Rural en L´Espluga de Francolí en el que también puedes participar desde aquí

 

En palabras de la organización de esta novena edición del Festival:

«Donar respostes creatives a les crisis encadenades que vivim. Aquest és l’objectiu de la novena edició del cicle de debats Visions 5.1 organitzat per La Conca 5.1 i el Museu de la Vida Rural de la Fundació Carulla.

Cinc debats en què hi participaran quinze experts de camps molt diversos com ara l’educació, l’antropologia, la mobilitat, les ciències ambientals o la cultura. L’emergència climàtica, el consum i l’alimentació o l’art i la cultura seran alguns dels eixos temàtics d’aquesta edició.»

 

 

Respostes creatives a les crisis

Divendres 3 de juny – 19.00 h – Museu de la Vida Rural – L’Espluga de Francolí

Davant de la situació social i econòmica actual necessitem respostes i que aquestes respostes siguin creatives i positives per construir un present i un futur diferent i amb esperança. Com a cloenda d’aquest cicle volem trobar aquestes propostes creatives i propositives i traçar uns camins i unes línies de treball pels propers temps posant en el centre les persones, la salut física i mental, la igualtat i la cohesió social per construir una societat més justa i on valgui la pena viure. En parlaran Emilio Santiago Muiño, Alicia Valero, Estefanía Rodero Gemma Carbó, com a moderadora.

 

¡Nos vemos entonces el 3 de junio desde Tarragona para dialogar sobre otros mundos y futuros posibles!

Para más información y consultas, puedes visitar la propia web de la edición del Festival

 

¡Muchas gracias, un placer!

Declaratoria de la Década de las Mujeres Rurales

Década de las mujeres rurales

 

¡Firmes en nuestros saberes, persistentes en nuestros derechos!

 

Como las mujeres rurales de Latinoamérica y el Caribe (y celebrando que las grandes instituciones multilaterales como ONU Mujeres y organizaciones de mujeres rurales también en España estén sumándose y ejerciendo de altavoz) han pedido la mundialización de su propuesta, desde este espacio mostramos nuestra adhesión a la Declaratoria de la Década de las Mujeres Rurales: Sembrando, Cultivando y Cosechando Igualdad.

Conscientes de que la iniciativa partió en el año 2006 de la campesina y dirigenta nacional ecuatoriana, Luz Haro, y que en todo este tiempo la articulación internacional de la propuesta y la búsqueda de alianzas estratégicas ha ido creciendo, no sólo compartimos, como afirma la Declaratoria, la necesidad de contar con voz y presencia de mujeres rurales en todos los foros internacionales sino la aspiración profunda de «lograr cambios de vida y esperanza para las actuales y futuras generaciones de mujeres rurales, afectadas por distintas desigualdades, socio-económicas, políticas y culturales».

 

Conscientes de que, según datos de la FAO, aunque el 50% de los alimentos en el mundo son cultivados por mujeres sólo son propietarias del 13% de la tierra, nos sumamos a su petición de RECIPROCIDAD URBANO-RURAL: «no más desvalorización ni regateo a nuestros productos».

Apoyando también (desde el profundo afecto que generan en mí experiencias profesionales previas) su reivindicación de programas de empoderamiento a mujeres lideresas rurales (¡también para España!), suena más lógica que nunca su petición internacional de incorporar el enfoque de género y ruralidad en todos los planes de desarrollo y de seguir entretejiendo redes y colaboraciones que hagan más fuertes y autónomas a las mujeres rurales del mundo. ¡Sea!

Puedes sumar tu adhesión aquí

Puedes leer el texto completo de su Declaratoria de la Década de las Mujeres Rurales aquí

 

Patrimonio de la Humanidad contra el extractivismo: la candidatura de la dehesa

A pesar de que el trabajo previo lleva años fraguándose, la semana pasada se comunicó oficialmente la presentación de la candidatura conjunta de la dehesa y el montado portugués para ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad, en su vertiente de paisaje cultural, por parte de la UNESCO.

Junto a la alegría, personal e intransferible, que supone la mera existencia de una candidatura para la protección del patrimonio rural desde lo rural, y el progresivo avance tanto de la conceptualización como de la visión de las posibilidades que entraña el reconocimiento y cuidado de nuestros paisajes culturales, surgió pronto en mí el pellizco de la pena. Entre los 17 organismos que impulsan la candidatura, no hay ninguna organización que represente a la dehesa salmantina ni, por supuesto, Castilla y León tiene presencia alguna en la articulación de este proyecto para la salvaguarda de uno de los paisajes más representativos del sur de su comunidad. Junto al obvio diferente color político que gobierna en las dos comunidades, me resultó frustrante el hecho de que la dehesa más amenazada del territorio español, la del Campo Charro, sobre la que pende la próxima apertura de la única mina de uranio a cielo abierto de toda Europa, autorizada y justificada por la Junta de Castilla y León, quede fuera de las actuaciones de revalorización, protección y promoción que vendrán de la mano de la candidatura a la lista de Patrimonio.

Ilusa como soy a estas alturas del partido, me preguntaba si ningún Grupo de Acción Local salmantino, plataforma ciudadana, defensores del ecosistema de la dehesa o expertos políticos tanto en desarrollo rural como en cultura iban a tratar de hacer ver el contraste entre el lanzamiento de la candidatura de protección de la dehesa extremeña y la barra libre al extractivismo que está sufriendo el mismo paisaje cultural a pocos kilómetros de diferencia.

 

 

Si, como afirman Rocío Silva y Víctor Fernández en sus “Claves para el reconocimiento de la dehesa como paisaje cultural de la UNESCO”

“Todos los paisajes poseen argumentos culturales, aunque estos no se hayan estructurado en un relato. La aceptación social de este relato es lo que los convierte en patrimoniales.”

me preguntaba qué espesor emocional y de reconocimiento guardamos ante esta forma sempiterna del medio rural español y cuánto de su olvido estará ligado tanto al olvido mayor que sufren las áreas de nuestro país con menores densidades demográficas como al desprecio de la España democrática, también la de izquierdas, a sus culturas rurales y su diversidad. Me preguntaba cuánto del relato asociado a la dehesa, durante tanto tiempo estereotipado y cañí, no sería puro y urbanísimo desconocimiento así como símbolo de la rendición de la izquierda post-78 para disputar “la Meseta” y su tejido simbólico-identitario.

Me resulta igualmente llamativo que en los estudios sobre las amenazas que se ciernen sobre la dehesa sí se señalen el incremento de la carga ganadera o el abuso de los productos químicos, pero no se haga mención explícita alguna a la presión extractiva y los intereses políticos que están poniendo en riesgo estos paisajes culturales protegidos y que han pasado ya de ser una amenaza latente a una realidad. Junto a ello, me sumo a la advertencia que están realizando diferentes estudiosos del sistema de la dehesa, referentes a no descuidar, frente al enaltecimiento de los valores naturales, la denuncia del actual descuido de la arquitectura vernácula presente en la dehesa española, por no hablar del estado calamitoso en el que se encuentra el patrimonio religioso, especialmente ermitas y eremitorios situados en fincas privadas, ante la desatención de tirios y troyanos.

 

 

Quizá el Plan Nacional de Paisaje Cultural de 2012, con vigencia de 10 años (que no incluía de modo explícito mención alguna a la protección de la dehesa), debería incluir con urgencia en su identificación de riesgos la presión multinacional extractiva sobre el paisaje cultural español, así como las acciones preventivas de protección que desde el Instituto de Patrimonio podrían impulsarse cuando estas amenazas, como es el caso que sufre la dehesa salmantina, amenazan de modo flagrante el patrimonio de todos.

Para terminar, permitidme un último momento iluso: ¿no sería una alegría mayor que la candidatura de la dehesa extremeña y portuguesa pudiese servir para proteger a la dehesa salmantina de la cruz de mina que lleva encima? ¿Podría ver la UNESCO en la movilización de las comunidades locales para la protección de este riesgo, ahora que tienen un nuevo peso y protagonismo en sus protocolos de valoración, un elemento sustantivo para tomar, un poco más si cabe, la candidatura en cuenta?

 

De la tierra viva: mujeres, extractivismo y territorios

Hace unos días, con la  sordina habitual con la que salta, cuando salta, a medios nacionales la realidad que enfrentan nuestras provincias día a día, conocíamos la situación de hostigamiento legal que está viviendo María Cañaveras, una mujer jubilada de 68 años que se verá en el banquillo el 6 de abril por movilizarse contra la minería de tierras raras promovida por Quantum Minería S.L con el apoyo de la corporación local de su pueblo castellano-manchego, Torrenueva.

Leía esta noticia mientras de modo paralelo celebrábamos el logro conseguido por las defensoras de derechos humanos y del territorio en Centroamérica forzando a que la cámara legislativa de El Salvador, después de once años de lucha, haya aprobado por unanimidad la prohibición de la minería metálica en todo el país.

Que la nueva “operación Cóndor” sobre América Latina se cierne sobre las defensoras territoriales frente a los intereses de las industrias extractivas del Norte mundial, no sólo nos lo recuerdan los asesinatos de Berta Cáceres o Isidro Baldenegro, sino que nos lo demuestran cada día los tarahumara mexicanos, las comunidades lenca y garífuna en Honduras, nasa en Colombia, shuar en Ecuador, el pueblo mapuche, el guaraní en Bolivia, las defensoras del Yasuní ecuatoriano, Máxima Acuña en Perú y tantas otras comunidades en red enfrentando la violencia y agresiones por intentos de despojo-acumulación sobre la que se sostiene el edificio neoliberal global.

Como hemos comentado en otras ocasiones, el modelo extractivista está encontrando en el muy despoblado medio rural español un territorio propicio al que desplazarse, dado el menor índice, por realidad demográfica, de conflictividad local, unido al manto de silencio que acompaña su día a día. Si bien las agresiones a las defensoras territoriales no alcanzan la extrema gravedad que afrontan en América Latina, sí se están repitiendo, ante una generalizada pasividad tanto de medios de comunicación como de muchos partidos políticos, casos de hostigamiento legal, campañas de difamación personal y presiones de todo tipo por parte de las empresas mineras en muchos de nuestros pueblos españoles. Hostigamiento del que no podemos obviar el componente de género, dado el liderazgo que están ejerciendo muchas mujeres a nivel internacional en la defensa de los bienes comunes y “la tierra viva”. Desde mi punto de vista, es importante que reparemos también en la postergación reiterada que la relación mujeres-defensa del territorio sigue sufriendo en la agenda de reflexión y movilización feminista española que, para mí, no ha identificado aún la urgencia y centralidad que juega esta dimensión para el Sur de Europa. Comparto la más que inspiradora experiencia del Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo que están realizando, entre otras acciones, una labor de reflexión sobre el extractivismo de la que podemos aprender mucho en España. Su publicación La vida en el centro y el crudo bajo tierra es un buen ejemplo de ello.

Debemos ser conscientes de que estos procesos de intimidación de defensoras siguen un mismo patrón, denunciado recientemente en una visita a México entre otros por Michel Forst, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los defensores de los derechos humanos y que reproduzco aquí:

«Los defensores de las comunidades indígenas o rurales me compartieron ejemplos que indican un intento deliberado por parte de las autoridades y las empresas de aplicar estrategias de «divide y vencerás» para lograr la aprobación de proyectos a gran escala. Me preocupa la presión ejercida sobre  los integrantes de la comunidad para que acepten proyectos, a cambio de dinero o proyectos sociales. Los defensores que se oponen a estos proyectos son frecuentemente representados por las empresas o  las autoridades locales como una minoría, que actúa en contra del interés general. Las divisiones causadas por estos proyectos tienen efectos profundos y negativos en las comunidades afectadas, en las que normalmente existe una fuerte cultura de consenso y solidaridad colectiva.

Las personas líderes de la comunidad y los defensores de los derechos ambientales y tierras que se oponen a proyectos de gran escala enfrentan violencia de personas que están relacionadas con compañías que participan en esos proyectos. Esta violencia generalmente queda sin castigo ya que cuenta con el apoyo tácito o explícito de las autoridades locales. De acuerdo con los informes recibidos, las y los defensores de derechos humanos serían presionados para que desistan de sus actividades a través del uso de la criminalización de los líderes, granjeros o ambientalistas opositores indígenas (acusados de delitos ordinarios). He recibido varios testimonios de casos en los que los defensores de derechos indígenas y ambientales han sido un blanco de agresiones en relación con su trabajo»

 

Observamos que los métodos utilizados son los mismos en América Latina y España aunque con diferente gradación. Desde mi punto de vista, si seguimos manteniendo esta problemática que está afrontando en solitario nuestro medio rural en un segundo plano, problemática que también se encuadra en algunos casos en la persecución al activismo promulgada por las Leyes Mordaza y el retroceso generalizado de la libertad de expresión en España, estaremos dejando el campo abierto (nunca mejor dicho) a la progresiva “multinacionalización extractiva” de nuestros pueblos frente a modelos más cuidadosos ante las siguientes generaciones.