“En ambos extremos del conocimiento, pero también en el medio,
se mantiene la potencia creadora del ser humano, es decir la imaginación radical”
Cornelius Castoriadis
Todavía resonando con el reciente y bello artículo de Jorge Riechmann, Ideas para una nueva Cultura de la Tierra (del que tomo para la vida su cita de Rafael Sánchez Ferlosio, “Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado”) quería reseñar y compartir por aquí la reciente edición (mayo de 2018) en Enclave de Libros del último libro que Cornelius Castoriadis tuvo tiempo para revisar en vida, Hecho y por hacer, pensar la imaginación.
Desde la gratitud y el respeto profundo al legado de autonomía frente al autoritarismo que encarna, comparto algunas notas breves que me resultaron sugestivas por ser una invitación política a crear en el presente.
“No es lo que existe lo que necesita de nosotros, sino lo que podría y debería existir” El hecho de poner el foco de atención sobre la capacidad colectiva para crear nuevos mundos, no desde una simple óptica combinatoria (“hablo de auto-creación, no de auto-organización”), ni desde la inercia de seguir siendo lo que ya es, sino desde el despliegue de lo que está por crear porque aún no es, nos devuelve a la urgencia de reconquistar la imaginación como prioridad política.
Como señala Adrián Almazán en el prólogo de esta edición:
“Quizá la pregunta que más resuene en todo el pensamiento sobre el mundo socio-histórico de Castoriadis sea, ¿qué deberíamos conservar y qué transformar, qué mundo es el que queremos construir?”
Desde este ¿qué construimos? en Hecho y por hacer se van entreverando algunas invitaciones:
La necesidad de desarrollar un imaginario de la autonomía asentado en nuevas subjetividades reflexivas y deliberantes, frente a las subjetividades impuestas por el neoliberalismo:
“El capitalismo parece haber logrado fabricar al fin el tipo de individuo que le corresponde: uno perpetuamente distraído y haciendo zapping de un goce a otro, sin memoria ni proyecto, listo para responder a todos los requerimientos de una maquinaria económica que destruye cada vez más la biosfera planetaria para producir ilusiones denominadas mercancías.”
Alertando de que “el proyecto de autonomía no es una fulguración en un cielo límpido” la invitación a la deliberación (también y principalmente sobre nuestra mortalidad y finitud) como alternativa al consumo está siempre presente.
La obsesión por el riesgo de que los movimientos colectivos degeneren dando nacimiento a nuevas burocracias (“totalitarias o no”, apunta Castoriadis), fantasmas de los que nos creíamos a salvo, pero…no:
“No veo cómo podría instituirse una sociedad autónoma, una sociedad libre, sin un verdadero devenir público de la esfera pública/pública, sin que la colectividad vuelva a apropiarse del poder, sin que se suprima la división del trabajo político, sin libre circulación de información políticamente pertinente, sin abolición de la burocracia, sin la más avanzada descentralización de decisiones.”
(Imagen tomada por Emilio Suárez)
Imaginación y creatividad social:
En esta invitación permanente al despliegue de una nueva creatividad social, en Hecho y por hacer Castoriadis subraya la importancia de generar nuevos sentidos “para la vida y la muerte” aprendiendo de:
“Las significaciones sociales imaginarias, casi siempre religiosas, que tejen al unísono el sentido de la vida y la muerte del individuo, el sentido de la existencia”
Así, se nos impone colectivamente un ejercicio de imaginación que supere la realidad actual, que no cuestione en el vacío sino que contraponga realidades:
“La imaginación juega un rol central ya que el cuestionamiento de las “verdades establecidas” no es ni puede ser nunca un cuestionamiento en el vacio, sino siempre hermanado con la posición de nuevas formas y figuras de lo pensable creadas por la imaginación radical y sujetas al control de la reflexión”
“La verdad del pensamiento es ese movimiento mismo, en y por el cual lo ya creado se encuentra situado e iluminado de otro modo por una nueva creación de la que está necesitado para no hundirse en el silencio de lo simplemente ideal”
Dogmatismos y fanatismos en el ámbito del conocimiento:
En la invitación aspiracional para la creación de nuevos horizontes de acción emancipadora presente en la obra resulta interesante la pregunta que se nos lanza como contrapeso: “¿Qué no cuestionamos?” Se nos invita a indagar en nuestro propio peso dogmático, desarrollar un estado de alerta permanente en relación a “lo obvio”, “lo que es así”. ¿En qué dogmas nos asentamos y cómo los reconocemos?
Lanzo en este río estas notas breves de lectura por si en alguna de las preguntas abiertas con las que nos interpela Castoriadis nos podemos encontrar.