Solidaridad con Palestina en la Feria del Libro Infantil de Bolonia (8-11 de abril)

 

«Cuyos libros están enterrados bajo escombros.»

 

Puedes firmar la carta original en inglés aquí y acceder a contenidos ampliados en el blog de referencia de literatura infantil en el mundo de habla hispana que se ha hecho eco de la difusión de la Carta en todo el espacio cultural iberoamericano, Linternas y Bosques aquí

 

«A los organizadores de la Feria del Libro Infantil de Bolonia,

Como ilustradorxs, autorxs y editorxs dedicados a crear libros significativos y hermosos para niñxs, nos hemos unido para destacar un tema urgente y pertinente.

La Feria del Libro Infantil de Bolonia celebra lo mejor de la literatura infantil en toda su diversidad. El conocimiento, la camaradería y la inspiración que se despliega en la feria son simplemente mágicos. También sabemos que la feria no solo resalta la luminosidad de la infancia, sino que respeta y honra sus momentos oscuros.

En 2022, la BCBF se solidarizó a la par del mundo reconociendo el sufrimiento en Ucrania con una impresionante exhibición de arte y libros de la región que estaba (y aún está) causando una seria y duradera impresión en las niñas y los niños de Ucrania. Asimismo, suspendió la participación del gobierno de Rusia debido a su papel en la agresión.

Esta muestra de solidaridad es importante porque defender los derechos de lxs niñxs, alimentar sus mentes, honrar su creatividad y protegerlos del daño está en la esencia misma de nuestro trabajo como autorxs, ilustradorxs y editorxs infantiles.

Actualmente hay una guerra en Palestina que está afectando a niñas, niños y jóvenes a una escala sin precedentes, y ha sido descrita por médicos, periodistas y trabajadores humanitarios de la ONU como una guerra contra la infancia.

 

 

(Ilustración de Un jardín feliz, Michael Foreman)

 

En 100 días de guerra:

10,000 niñxs han sido asesinadxs y 30,000 han quedado huérfanxs.
Más de 1000 niñxs han sido amputadxs, algunos sin anestesia.
Hospitales donde lxs niñxs buscan tratamiento, incluyendo recién nacidxs que necesitan incubadoras, son objetivo de bombardeos o incursiones.
Casi todos lxs niñxs son privados de educación ya que las escuelas son blanco de bombardeos (incluso con familias adentro).
La mayoría de los niños han sido desplazados de sus hogares, muchos de ellos teniendo que trasladarse a pie a lo largo de la Franja de Gaza hacia «áreas seguras» en donde los continúan bombardeando.
La mayoría de lxs niñxs viven en tiendas de campaña, y algunos han muerto por el frío invernal.
La mayoría de lxs niñxs no tienen acceso a agua limpia, lo que propaga infecciones gastrointestinales.
La mayoría de lxs niñxs están muriendo de hambre.
Los bombardeos ocurren todos los días y durante toda la noche, aterrorizando y traumatizando a lxs niñxs.

 

(Ilustración de Un jardín feliz, Michael Foreman)

 

Esta lista horrorosa no pretende minimizar los efectos de la guerra en hombres, mujeres y ancianos; de hecho, todos los aspectos de la vida en Gaza y la ocupada Cisjordania han sido devastados. Tampoco pretende opacar lo que están experimentando otrxs niñxs en conflictos de otras partes del mundo. Sin embargo, desempeña un papel importante al resaltar la falta de precedentes que constituye esta guerra en comparación con cualquier cosa que conozcamos, y por lo tanto, nuestro apoyo debe ser urgente, universal y sincero.

La solidaridad con Palestina y con la Humanidad ya se ha extendido ampliamente entre las comunidades de creadorxs. Nosotrxs, lxs abajo firmantes, queremos instar a la BCBF (Feria del Libro Infantil de Bolonia, por sus siglas en inglés ) a unirse a nosotrxs, a tomar una posición y decirle a la infancia palestina, cuyos libros están enterrados bajo escombros, cuyos momentos de juego y cuentos han sido arrebatados, cuyas canciones son ahogadas por bombas, que no ha sido olvidada.

 

(Imagen UNRWA)

Palestina ha sido violentamente ocupada por las fuerzas israelíes durante 75 años. A lxs palestinxs han sido robadas sus tierras, sus derechos arrebatados y su gente detenida, torturada y asesinada injustamente, incluso mutilando los cuerpos de lxs fallecidxs.

Hoy existe enorme destrucción en Gaza y la ocupada Cisjordania, pero también, desde afuera del enclave sitiado, tenemos la oportunidad de honrar el espíritu, la resistencia e inocencia de lxs niñxs. Por favor, consideren mostrar humanidad y solidaridad con Palestina en su feria, declarando su apoyo al cese de fuego inmediato, y anunciándolo previo al evento, a fin de movilizar a creadorxs y artistas. También le instamos a suspender la participación del Estado de Israel en la feria, quien está llevando a cabo estos crímenes contra la humanidad con impunidad, hasta que Palestina sea liberada.»

Bibliodiversidad

 

Como disfruté muchísimo leyendo de un tirón este libro y me gustaría sembrar aquí una semilla para lograr su edición en castellano, comparto mi lectura y reflexión por si nos fortalece o inspira.

“Bibliodiversity. A manifesto for independent publishing” de la escritora y editora australiana Susan Hawthorne, al frente de la editorial feminista Spinifex es un manifiesto rotundo desde el mundo del libro y la lectura frente a los monocultivos de la mente, tal y como los nombra su también admirada Vandana Shiva, en quien se apoya en ocasiones para tender puentes de pensamiento fecundos entre la defensa de la biodiversidad y la defensa de entornos editoriales que promuevan el libro y el discurso “justos”, sirviendo también como publicación de referencia para conocer el trabajo de la Alianza Internacional de Editores Independientes.

Desde el reconocimiento inicial de la dificultad histórica que tanto las mujeres como las personas creadoras procedentes de pueblos colonizados y esclavizados u otros colectivos oprimidos han tenido para acceder a la palabra impresa, a la difusión de su propia voz e ideas en el mundo editorial, se pone de manifiesto el peligro real que la actual concentración editorial internacional supone tanto para la salud de nuestras democracias como para la defensa de la libertad de expresión en términos de equidad. Frente al riesgo que supone la conversión de la literatura en particular y el mundo del libro en general en una simple commodity, se pone de manifiesto la obviedad de que lo original, arriesgado, inventivo, creador de horizontes que marcará a las siguientes generaciones por tener algo nuevo y relevante que decir depende de la salud de un ecosistema editorial independiente. Ecosistema que se caracteriza, además, por su compromiso local, por un “habitar” cercano que nutre y se nutre del conocimiento situado y lo refuerza.

Desde la definición de la edición independiente como aquella que no recibe dinero o apoyo ni económico ni de ningún tipo de instituciones como partidos políticos, organizaciones religiosas, universidades…que marquen las decisiones editoriales, que determinen el programa editorial a desarrollar en base al control económico, Susan Hawthorne va más allá:

  • La edición independiente se caracterizaría por su habilidad para promover el debate sobre la importancia de la bibliodiversidad en la esfera pública, como un elemento constructor de democracia.
  • Hablaríamos en términos de ecosistema de la edición independiente, teniendo en cuenta la interdependencia de todos los actores implicados en el mundo del libro y la lectura, desde la creación, el papel que desempeñan las librerías y distribuidoras independientes, el importante rol de las bibliotecas para la salvaguarda y promoción de la bibliodiversidad, el diálogo con organizaciones locales y sectoriales vinculadas al mundo del libro…
  • La defensa de la bibliodiversidad viene marcada también, como el resto de políticas culturales basadas en un enfoque de derechos humanos, por el diálogo local-global, el establecimiento de conversaciones y redes internacionales, pero especialmente por la constitución de alianzas con otras editoriales independientes para la promoción de las co-ediciones y la traducción como ejercicio político y de justicia social de primera magnitud.

 

 

  • Desde el reconocimiento de la centralidad de la búsqueda de la originalidad, las nuevas voces, la palabra relevante que transforma que identifica al ecosistema de la edición independiente, Susan Hawthorne subraya el peligro de obviar la realidad: el hecho de estar operando en un mercado, en un entorno cargado políticamente que necesita nuestros ojos abiertos. Editar es una actividad social, cultural y transformadora que siempre corre el riesgo de ser cooptada.
  • Frente a procesos de homogeneización e infantilización mundiales que contribuyen tanto a rebajar las expectativas lectoras como a sofocar el cuestionamiento político o imaginativo del poder, a través de la reproducción en serie de “lo normal” (cada vez que leo “lo normal” recuerdo este poema de la poeta argentina Susy Shock), “lo no marcado”, Hawthorne subraya la correlación entre estas fórmulas editoriales y procesos de dominación históricos como el racismo basados precisamente en el dominio de “lo no marcado”, “lo que no es lo otro”.
  • Desde su experiencia de décadas como editora feminista, para Hawthorne no hay duda: un elemento esencial de la bibliodiversidad es el feminismo, poniendo el foco sobre un eje central. La feminización mundial de la pobreza tiene un impacto lacerante sobre la libertad de discurso de las mujeres, su posibilidad de hablar libremente y acceder a que su discurso sea escuchado. Así se impulsa el concepto “fair speech” para considerar con seriedad los efectos del silenciamiento y comprometerse en el impulso de un ecosistema del libro justo, en el que se promueva la escucha o la lectura de todas las voces socialmente expulsadas hacia los márgenes. Así, el libro justo, el discurso justo y el comercio justo del libro serían ejes centrales de un ecosistema del libro basado en los derechos humanos (son muy interesantes los ejemplos que utiliza Hawthorne para denunciar las prácticas comerciales abusivas del Norte global vinculadas al libro como el dumping editorial o las donaciones encubiertas como estrategias neocoloniales que ahogan el impulso de estrategias editoriales y de conocimiento locales y en lengua materna, por ejemplo)

Apoyándose tanto en la conceptualización feminista del conocimiento situado como en la definición del investigador ugandés Paul Wangoola de multiversidad, que tienen en cuenta el lugar y el contexto de quien conoce, poniendo en valor tanto el conocimiento local como a las personas conocedoras, respetando los conocimientos nacidos desde la experiencia y no sólo a través de la investigación y el estudio, Susan Hawthorne es tajante: la salud de un sistema ecosocial puede medirse por la salud de su industria editorial y su bibliodiversidad, por el rango de voces variadas que pueden escucharse. Así, desde el reconocimiento, una vez más (las que hagan falta) de que “los universales estéticos” tienden a trabajar contra los miembros más desfavorecidos de una sociedad, las posturas multiversalistas reconocen un mundo en el que la existencia de múltiples formas de conocimiento alternativas son importantes para el conocimiento humano en su conjunto.

 

Particularmente interesante me ha resultado su reflexión sobre la importancia que la protección de los derechos morales de las creadoras juega en el ecosistema de la edición independiente, dado que muchas veces, dado el carácter de las resistencias al poder que encarnan y al que dan voz, tienen que hacer frente no sólo a campañas de difamación sino a estrategias de distorsión (de su imagen, sus palabras) e invisibilización o apropiación de sus ideas y discursos (la luz de gas como violencia económica y política). Desde la consciencia de que la producción de la bibliodiversidad ha habitado tradicionalmente los márgenes (sociales, políticos, geográficos, lingüísticos) el hecho de poner el foco sobre la defensa de la integridad moral de las autoras es estratégico en términos de profundización democrática.

 

Así, el manifiesto culmina con la defensa de un ecosistema editorial independiente orgánico, no sólo que tenga en cuenta con responsabilidad las conexiones entre medio ambiente y acción editorial, sino que tome conciencia de que los mismos procesos de concentración empresarial mundial, expansión del monocultivo y silenciamiento de alternativas que se han vivenciado en otras esferas, como la agroindustria mundial, encuentran su correlato en el ámbito cultural en organizaciones e instituciones favorecedoras de los “monocultivos de la mente”. Así la protección de la bibliodiversidad supondría en último término la defensa de la equidad de expresión sin la que no se puede hablar, si queremos hacerlo en serio, de democracia.

 

Lectura muy recomendable, ¡ojalá una traducción (o varias) pronto!